Ahora que hemos recibido a Cristo en nuestro corazón sucedió algo maravilloso somos nuevas criaturas. 2 Corintios 5: 19 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Ahora somos parte de su pueblo santo, pero no solamente para recibir un milagro, ahora que somos su pueblo tenemos una gran misión. Anunciar las virtudes de Jesucristo. V 9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”
Antes de recibir a Jesucristo en nuestro corazón no éramos nada ahora tenemos un gran privilegio ahora somos pueblo de Dios beneficiados de su misericordia. V 10 “vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia”
Para llegar a ser un verdadero pueblo de Dios necesitamos:
1. Acercarnos a Jesucristo. V 4 “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa”
2. Crecer de manera espiritual. No podemos quedarnos en el mismo nivel del que estábamos cuando recibimos a Cristo. V 5 “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”
3. Anhelar la palabra de Dios, que es la única que puede transformar nuestra vida. V 2-3 “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 2:3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.” La palabra de Dios es el alimento para un verdadero cristiano. El hacer la voluntad de Jehová debe ser nuestra comida. Juan 4: 34 “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.”
4. Desechar toda maldad de nuestro corazón. V 1 “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones” solo el conocimiento nos da fuerza para poder desechar lo malo.
5. Abstenernos de los malos deseos que todavía pueden llegar a nuestro corazón. V 11 “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”
6. Debemos tener buen comportamiento entre los que nos rodean, en el trabajo, el estudio. Etc. V 12 “manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” de nuestro comportamiento depende el ganar almas para Cristo.
7. Debemos ser ejemplo de obediencia aquí en este mundo. V 13 “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior” no podemos decir que somos obedientes a Dios pero rebeldes ante las autoridades de esta tierra.
8. Hacer el bien para avergonzar a los enemigos del evangelio de Cristo. V 15 “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos”
Con Cristo somos libres, pero esto no se debe confundir con libertinaje. La libertad nos debe llevar a parecernos cada día más a Jesucristo. V 16 “como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios”
Nuestro comportamiento debe ser ejemplar en todo debemos caracterizarnos no solo por decir que alabamos a Cristo, también nuestra cultura, nuestra honra y respeto para con todos debe brillar en nosotros. V 17-18 “Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. 2:18 Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.”
Ser pueblo de Dios no solo es tener la esperanza de recibir milagros, ser pueblo de Dios significa tener una nueva forma de vida y sobre todo tener la disposición para servirle a Jesucristo.
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